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Desde que estalló la guerra, al menos 75.000 ucranianos, en su mayoría mujeres y niños, han llegado a España. Han sido innumerables las muestras de solidaridad de todos los ciudadanos en estos duros momentos, y ejemplo de ello, es nuestro colegio Pedro Poveda de Palma de Mallorca. Tres niños refugiados, familiares de dos alumnos ucranianos del colegio, han llegado a sus aulas (concretamente a 3º, 4º y 6º de Primaria) donde han sido recibidos con entusiasmo tanto por los trabajadores del centro como por sus compañeros.

Son niños que, prácticamente de un día para otro, se ven en un país nuevo, con una lengua que no conocen, en un nuevo colegio... En definitiva, con una nueva vida a la que tendrán que adaptarse lo antes posible. En el colegio Pedro Poveda de Palma de Mallorca intentan que la adaptación durante esta nueva etapa sea lo más sencilla y cómoda posible, y para ello se trata de que acompañarlos, algo de lo que se está encargando el departamento de Orientación del colegio de una manera didáctica y, por supuesto, el tutor del curso. Para ver el estado en el que se encuentran, se habla mucho con la familia, con las madres, para que todo este proceso sea lo más eficiente posible y estos niños puedan adaptarse cuanto antes, porque es muy difícil saber cómo se sienten a nivel psicológico tras lo que han vivido las últimas semanas. 

A nivel educativo, en el colegio Pedro Poveda nos cuentan que no encuentran demasiadas diferencias de nivel entre el sistema ucraniano y el español, aunque sí les ha sorprendido el nivel de matemáticas de estos nuevos alumnos. No obstante, la primera barrera lógica al dar clases en un nuevo país es el idioma. En este caso, el inglés está siendo de gran ayuda para que los profesores puedan comunicarse con ellos y, en el caso del alumno de 6º, tiene el apoyo de una compañera de origen africano que habla perfectamente inglés y que le está siendo de gran ayuda durante las clases. Además, el colegio también está atendendo a las madres de estos niños, ya que ofrecen clases de español a extranjeros con personal voluntario.

Pasadas las primeras semanas de convivencia junto a estos niños ucranianos, en el colegio hay una gran satisfacción por la cálida acogida de todos los alumnos, que se esfuerzan por hablar en inglés con ellos y están pendientes de ellos en todo momento. Y es que la guerra en su país sigue ocupando la actualidad informativa de los medios de comunicación y es un tema que preocupa en la sociedad, lo que incluye a los niños, que no son ajenos a la realidad. A pesar de ello, desde el centro nos dicen que, aunque es un tema latente, con estos niños refugiados no se trata ni se recuerda constantemente, sino que lo que se busca es un ambiente de normalidad.

Pero miles de personas cruzan la frontera de Ucrania cada día huyendo de la guerra, por lo que en estos tiempos de absoluta confusión algo es seguro: seguirán llegando más refugiados a la Unión Europea y, por extensión, a España. Por lo tanto, las posibilidades de que al colegio lleguen más niños procedentes de Ucrania no es descartable, si bien no depende de ellos, pues es la Consejería de Educación la que decide cuántos y a qué colegio va cada niño. En el caso del Pedro Poveda de Palma de Mallorca, estos tres nuevos alumnos son familiares de otros dos que ya estudiaban en el centro muchos antes de la guerra, por lo que cursaron la solicitud para acogerlos y la respuesta de la Consejería fue afirmativa. 

En el centro estarían “encantados” de recibir a más niños y aseguran que podrían aumentar su ratio de alumnos por clase en un 10%, lo que demuestra el nivel de concienciación del centro, que además ha realizado una campaña solidaria para recoger enseres de primera necesidad para enviarlos a Ucrania a través de una ONG. Todo suma en un momento como este.